Como
ya sabemos el conflicto es inherente a la naturaleza humana, surge ante
cualquier cambio y ante la lucha por la supervivencia, tanto a nivel
individual, grupal u organizacional. Estos cambios llevan a nuestra sociedad al
progreso, pero a la vez son fuente de conflictos.
En
el ámbito de la empresa se considera el conflicto como la tensión o diferencias
que generan perturbaciones cognitivas y/o emocionales, afectando a la dinámica
de la organización, alterando el orden, la dinámica organizacional y a los distintos proyectos que en ella se
desarrollan. Surgen también los conflictos como un factor de renovación y
cambio, evitando que en las empresas empobrezcan los procesos creativos. Como
dice un proverbio chino: el conflicto es
una oportunidad de crecimiento.
Cambio
equivale a crisis, a conflicto y siempre es entendido como algo negativo. Un
conflicto siempre es sinónimo de problemas, en este caso en un entorno laboral.
Aparece como un generador de tensión. En líneas generales, el conflicto laboral
surge cuando las condiciones de trabajo se deterioran entre:
- un trabajador y su jefe-empresario.
- la plantilla toda y su jefe-empresario.
- discriminaciones psicosociales o sociológicas (género, raza, cultura, etnia, costumbres, religión, acoso laboral, acoso sexual, políticos,...).
En
definitiva, un conflicto surge ante la oposición de los fines de los otros,
frente a los nuestros. Donde hay más de una visión, y estas se contraponen, donde
la existencia de ideas, sentimientos, actitudes o intereses diferentes o
encontrados pueden chocar. Todo se inicia cuando una de las partes percibe que
la otra parte le entorpece o pretende hacerlo, y surge en contextos entre
personas, grupos y organizaciones y ante diferencias de actividades, recursos
compartidos y actividades interdependientes.
Toda
organización debería plantearse detectar cuáles son las limitaciones
principales que impiden el pleno desarrollo y desempeño de sus trabajadores en
relación con su entorno laboral y realizar actividades con el propósito de
maximizar los beneficios y objetivos tanto individuales como empresariales.
Surge un especial énfasis en el cómo pueden afectar los conflictos en el ámbito
organizacional y en el desarrollo de las actividades que éste involucra. Nos
estamos refiriendo a lograr la satisfacción de las necesidades al conseguir la
superación de los obstáculos que se presentan, sin la intención de alcanzar una
victoria de ganar/perder, sino de ganar/ganar.
Entra aquí en juego la mediación, donde los mediadores, personas no involucradas en el conflicto pueden presentar diversas alternativas de forma objetiva, intentando que las partes lleguen a un acuerdo. El conflicto forma parte de un sistema y deben analizarse todos los aspectos que ocasionaron el mismo, con el fin de poder conseguir una solución. Deben alejarse de los problemas personales, logrando un enfoque objetivo ante la metodología a seguir.
Entra aquí en juego la mediación, donde los mediadores, personas no involucradas en el conflicto pueden presentar diversas alternativas de forma objetiva, intentando que las partes lleguen a un acuerdo. El conflicto forma parte de un sistema y deben analizarse todos los aspectos que ocasionaron el mismo, con el fin de poder conseguir una solución. Deben alejarse de los problemas personales, logrando un enfoque objetivo ante la metodología a seguir.
Los
conflictos afectan a las organizaciones retrasando decisiones, limitando
resultados, afectando en las relaciones, proyectando una imagen negativa de la
organización revelando deficiencias, crisis de desarrollo, dando la imagen de
problemas pudiendo originar todo ello su destrucción.
Dentro
de una organización pueden surgir diversas situaciones negativas que
provocan tensión y conflictos, como las demandas del trabajo, diseño del puesto
de trabajo, condiciones ambientales, demandas interpersonales, falta de apoyo
de los colegas y una pobre relación interpersonal. Pero por extraño que
parezca, un nivel de tensión ligeramente alto incrementa las oportunidades para
resolver los conflictos de una manera satisfactoria; si el nivel de tensión es
muy bajo, no surge la motivación suficiente para solucionarlo.
Por
otro lado, el conflicto también aporta consecuencias positivas,
ya que estimula el análisis crítico ante las diversas propuestas que plantea la
organización, provocando un examen de los temas; también motiva, ya que
estimula un ambiente competitivo; es un precursor de cambio, ya que proporciona
un desequilibrio inicial que estimula la búsqueda de alternativas; la expresión
de un conflicto latente puede dar lugar a que se reduzca tensiones y a mejorar
las relaciones; puede llegar a aunar a los grupos, generando cooperación dentro
de los mismos.
Existen
discrepancias en determinar si el conflicto es perjudicial o beneficioso para
las empresas. La importancia radica no en evitarlos, sino en el modo en que
se gestiona el conflicto y en el uso constructivo que se les da orientado hacia
la propia empresa. Es decir, aprovechar aquello que es útil para la
organización y usar la energía del conflicto para obtener soluciones creativas.
Surge
una visión positiva/negativa del conflicto, donde una vida sin conflicto es
estar privado de las oportunidades de desarrollar nuestras habilidades y
destrezas, de evolucionar y desarrollarnos. Una sociedad sin conflictos
permanecería estancada. El conflicto surge como algo inherente al ser humano,
generador de dinamismo y cambio
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